La terraza del “Sam Cool” destaca por su amplitud. La rambla que sube del centro urbano se abre y la redimensiona. Resulta segura para los niños y muy agradable para el público de todas las edades. En los atardeceres y las noches de verano, se diría que “huele” a playa. Los conciertos acústicos, los espectáculos de magia y humor y los monologuistas multiplican su encanto muchas veladas. Una copa impredecible con el sabor de MasMonzón.
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